«Tiro al blanco» contra los periodistas en Ucrania

«Tiro al blanco» contra los periodistas en Ucrania

Directo Guerra en Ucrania, últimas noticias Pegasus Periodistas, activistas y opositores: los casos más escandalosos de espionaje con Pegasus en el mundo

Hace más de 150 años que los corresponsales de guerra modernos traen crónicas del frente. La primera, precisamente, la escribió William Howard Russell durante la guerra de Crimea, que enfrentó a una serie de potencias europeas con la Rusia imperial. La diferencia con aquellos tiempos es que, hoy en día, con la información convertida en un arma de guerra de última generación, los periodistas se han colado involuntariamente en la mirilla de algunos contendientes.

En pocos sitios como en Ucrania han muerto tantos periodistas en una horquilla tan reducida de tiempo. Según el Comité para la Protección de los Periodistas, en lo que va de año no ha habido país más mortífero para los profesionales de la información como este. La organización suma siete periodistas las razones de cuyas muertes son conocidas y de índole profesional. Por detrás están México, con tres, y Haití, con otros tres. Myanmar, la India y Chad suman un muerto cada uno.

Al incluir todos aquellos perecidos en el frente desde el inicio de la guerra en el Donbás en 2014, la cifra se dobla. Y aumenta más si se cuentan los trabajadores de medios muertos mientras no ejercían. La mayoría de víctimas son las habitualmente invisibles para la prensa occidental: productores ucranianos y rusos. Como en Siria, desde 2011 otro infierno para la libertad de prensa, eran los sirios.

«Estoy convencido de que en Ucrania ha habido tiro al blanco» con los periodistas que cubren el conflicto, ha expresado contundente Alfonso Bauluz, presidente de Reporteros Sin Fronteras España. «No conocemos al detalle las normas de enfrentamiento de Rusia», ha matizado, «pero viendo cómo sus soldados han torturado y ejecutado a civiles, es fácil intuirlo». El dato desgarrador, ha señalado, es la cantidad de periodistas muertos en Ucrania bajo fuego de fusil o armas cortas, a priori identificables por el agresor.

«Me siento jodidamente afortunado de estar vivo», confesó hace unos días el enviado especial de la cadena Fox, Benjamin Hall, superviviente de un ataque de aparente fuego ruso en el que murieron su cámara Pierre Zakrzewski y la productora Oleksandra Kuvshynova. Hall ha perdido la funcionalidad en las dos extremidades inferiores, una superior y un ojo. El jueves pasado murió en su casa de Kiev, por un ataque con proyectiles rusos Vira Hyrych, colaboradores ucraniana de Radio Liberty.

Tanto en el caso de Vira como en el de la periodista y crítica rusa Oksana Baulina, muerta en un extraño ataque contra su vehículo el 23 de marzo pasado en el centro de Kiev, una duda inquietante planea: ¿Las mató Rusia adrede? Bauluz cree que, al menos en el caso de Baulina, sí: «Era una periodista próxima al opositor Alexei Navalny. Tenía un historial periodístico. Rusia quería mandar a todos sus colegas el mensaje de que pueden hacerles lo que ellos quieran, dondequiera que estén».

El presidente de RSF recalca que, frente a tales amenazas, es urgente «mejorar la concienciación en los medios de comunicación españoles sobre la seguridad de sus colaboradores». Esto se traduce, ha indicado, en la proporción de materiales de protección y de cursos de formación en entornos hostiles, algo en lo que RSF ha tratado de asistir, desde los primeros compases de la invasión rusa, a las nuevas hornadas de profesionales de la información que han acudido al campo de batalla.

Lejos de las bombas y las balas, persisten otras amenazas a la libertad de prensa. A principios de abril pasado, Ucrania expulsó al reportero neerlandés Robert Dulmers por publicar imágenes de un lugar de Odesa bombardeado por Rusia. En una celda polaca lleva más de 65 días en prisión preventiva el español Pablo González tras haber cubierto Ucrania, entre otras crisis. «Desde el primer momento hemos exigido a las autoridades polacas que prueben las acusaciones», ha subrayado Bauluz.