Por qué Putin ha cancelado el asalto a la acería de Azovstal en Mariupol

Por qué Putin ha cancelado el asalto a la acería de Azovstal en Mariupol

Guerra en Ucrania

El combate urbano en Mariupol presenta grandes dificultades. El experto John Spencer explica por qué Putin ha preferido la antigua técnica del asedio a la del asalto en este enclave

Una columna de humo sobre la planta de Azovstal, en Mariupol.Mariupol City Council vía Reuters

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ANDREA MARINELLI Y GUIDO OLIMPIO (IL CORRIERE DELLA SERA)

Actualizado Jueves,
21
abril
2022

12:22

Directo Última hora de la guerra en Ucrania Guerra en Ucrania Rusia anuncia que ha tomado Mariupol mientras unos 2.000 ucranianos resisten en la acería de Azovstal

La orden de Putin de cancelar el asalto final a la planta siderúrgica de Azovstal, en Mariupol, aparentemente tenía como objetivo evitar más pérdidas. Además, es una confirmación de que el combate urbano presenta grandes dificultades, aunque hay que tener en cuenta un pequeño detalle: Putin siempre puede cambiar de opinión. El experto John Spencer al principio del conflicto avisó de los riesgos de asaltar este tipo de instalaciones:

1.La defensa tiene ventaja, puede aprovecharse de las estructuras y los espacios de la zona para reducir las maniobras de los asaltantes. Conoce su estructura y puede crear almacenes e instalar trampas o zonas mortales en las que esperar a los atacantes.

2. La inteligencia tiene una línea visual reducida. El reconocimiento aéreo no es suficiente y quienes están atrincherados tienen la capacidad de utilizar trucos y artimañas para esconderse. Además, en estos espacios es difícil dar indicaciones para atacar desde lejos.

3. El escenario puede compararse con una jungla, pero en lugar de vegetación hay edificios. El que ataca se ve obligado a exponerse, incluso cruzar una calle te pone en peligro para ser tiroteado. Los francotiradores están al acecho y los soldados pueden aparecer por detrás y salir de los túneles. Los rusos ya vivieron todo esto en la batalla de Grozni, en Chechenia.

4. Cada edificio se ha convertido en un bunker. En los edificios de mayor tamaño hay grandes estructuras con muros que permiten crear líneas de defensa, y estas gigantescas instalaciones siderúrgicas se han convertido en una fortaleza con pasadizos subterráneos en varios niveles.

5. Si las «barricadas» aguantan, la única solución para llegar al enemigo puede ser despejar el terreno utilizando explosivos de manera indiscriminada y cavando trincheras que se acerquen al objetivo. Pero los escombros provocados por la destrucción pueden convertirse en elementos defensivos para la resistencia. Es por ello que el Kremlin ha decidido, de momento, utilizar la técnica del asedio, a la espera de que los defensores se queden sin sus últimos suministros.