Marine Le Pen apuesta por desmantelar la UE y por un acercamiento de la OTAN y Rusia cuando acabe la guerra

Marine Le Pen apuesta por desmantelar la UE y por un acercamiento de la OTAN y Rusia cuando acabe la guerra

Marine Le Pen estrenaba ayer un nuevo cartel de campaña para esta segunda etapa electoral. En él aparece vestida de oscuro, formal y sonriente, apoyada sobre un escritorio, al estilo de la foto oficial de Emmanuel Macron, su rival. Junto a su imagen, un nuevo lema conciliador: «Por todos los franceses». La nueva promoción eraun intento por sacudirse esa losa de extremista que ella se ha forjado y también por visualizarse ya (aunque sea en la fotografía) en la escena presidencial.

Hoy, sin embargo, y a pesar de que llevaba días de maquillaje electoral, matizando sus posturas antieuropeístas y sobre Rusia, ha sorprendido con un nuevo giro de guión. La candidata de Reagrupación Nacional ha apostado por sacar a Francia de la OTAN, «una aproximación» de la OTAN con Rusia tras el final de la guerra en Ucrania para evitar una «unión estrecha» entre Moscú y China, así como cambiar las bases de la UE.

«Después de la guerra en Ucrania, me pronunciaré por una aproximación entre Rusia y la OTAN, que es además del interés de Estados Unidos», dijo Le Pen en una rueda de prensa en la que recalcó su postura a favor de que Francia abandone el mando integrado de la OTAN, informa Efe. Esto implicaría un cierto distanciamiento en las decisiones y las operaciones de la Alianza. También se mostró dispuesta a poner fin a la participación francesa en los programas conjuntos de armamento.

Si ayer organizaba una rueda de prensa para hablar de democracia interna, hoy la convocado para presentar estas ideas de política exterior. Respecto a la pertenencia de Francia a la UE, lleva días diciendo que no habrá Frexit, pero lo que quiere es ir más allá: mantenerse en el bloque, pero «reformándolo», retirando competencias a la Unión para devolverlas a los Estados miembros creando «una alianza de naciones soberanas».

«Repito, no es mi plan salir de la UE, pero muchos preveían un cataclismo para el Reino Unido (tras el brexit) y no ha sido así para nada», ha insistido. Ha hablado también del eje franco-alemán hasta ahora motor de la UE. «No albergo ninguna hostilidad hacia la nación alemana», ha dicho Le Pen quien, no obstante, asume que hay «diferencias irreconciliables» estratégicas con Berlín como sobre su visión de la OTAN o en política energética.

A lo largo de esta campaña la candidata de Reagrupamiento Nacional había ido suavizando sus posturas más radicales para ganarse el apoyo de aquellos votantes de derecha, pero también los de izquierda radical, que no quieren a Emmanuel Macron pero a ella la consideraban muy extrema.

En ese proceso de «desdiabolización» o «desdemonización» Le Pen había encontrado un apoyo inesperado pero muy efectivo, el del ultraderechista Éric Zemmour, que ha defendido unas posiciones tan duras que la han acabado dulcificando a ella.

Le Pen dijo que no contará con él en su equipo si es elegida presidenta, a pesar de que Zemmour, el más cercano a su sensibilidad y el cuarto candidato más votado el pasado domingo, pidió a sus electores que opten por ella el 24 de abril «Hay mucha gente de derecha y de izquierda que querría gobernar conmigo», señalaba ayer.

Este blanqueamiento de la imagen de Le Pen podría ser un peligro para Emmanuel Macron de cara a la segunda jornada de votación, pues muchos ciudadanos ya no la ven como candidata de ultraderecha, sino algo más moderada. En los últimos días el aspirante a la reelección va ganando algo de distancia en los sondeos de cara al día 24 de abril, según varias encuestas publicadas hoy.

El presidente-candidato obtendría 55% de los apoyos, frente a los 45% de la ultraderechista, según una encuesta de Ipsos para la radio pública y el diario Le Parisien. Otro sondeo, de Elabe para la cadena BFM TV, da a Macron el 53,5 % de los votos, frente al 46,5 % de Le Pen.