Las tres preguntas que te tienes que hacer antes de pedir una hipoteca

 Leer

Las tres preguntas que te tienes que hacer antes de pedir una hipoteca

 Leer

El mercado hipotecario va viento en popa. Según el Colegio de Registradores de España, en enero de 2022 se formalizaron casi 34.000 préstamos para comprar viviendas, un 28,8% más que en el mismo período de 2021. La principal razón que explica esta tendencia al alza es que los bancos, pese a haber empezado a subir sus tipos, aún ofrecen unas hipotecas muy baratas, lo que incentiva su contratación.

Ahora bien, aunque sus precios sean bajos, pedir una hipoteca al bancono es una decisión que pueda tomarse a la ligera. Según el comparador financiero HelpMyCash.com, este producto puede ser un arma de doble filo si en algún momento se dejan de pagar las cuotas, ya que la vivienda adquirida podría ser embargada aun sin haber terminado de pagarla. Por ello, antes de visitar las oficinas de una entidad bancaria, es conveniente que el solicitante se haga una serie de preguntas básicas y las responda de forma realista teniendo en cuenta su situación financiera.

La primera pregunta que debe hacerse el futuro hipotecado es si cumple los requisitos para contratar un préstamo de esta clase. Todos los bancos exigen contar con un trabajo estable y con una antigüedad de seis meses o más. Si el solicitante tiene un empleo temporal, lo más probable es que su petición sea denegada.

Además, hay que cobrar unos ingresos suficientes para pagar las cuotas sin problemas. La ratio máxima de endeudamiento recomendada por la mayoría de los expertos es del 35%. Traducido, eso significa que la cuota de la hipoteca, sumada a las mensualidades de las otras deudas que se tengan, no debe superar el 35% de los ingresos mensuales netos de los titulares.

Pongamos, por ejemplo, que dos personas sin deudas quieren contratar una hipoteca de 150.000 euros y que este producto tiene un plazo de devolución de 30 años y un interés del 1,50%. Como la cuota de este préstamo sería de 517,68 euros al mes, estos solicitantes deberían cobrar un mínimo de 1.478,89 euros mensuales netos entre los dos para no superar la ratio de endeudamiento del 35%.

También es imprescindible que el solicitante tenga dinero ahorrado. Normalmente, los bancos financian un máximo del 80% de la compra de la vivienda. Por lo tanto, hay que poder pagar el 20% restante con fondos propios, así como tener dinero suficiente para abonar los gastos asociados a la formalización de la compraventa (impuestos, costas notariales, etc.). El coste de estos últimos es una cantidad equivalente al 12% del valor del inmueble, aproximadamente.

Lo segundo que hay que preguntarse es si es mejor un interés fijo o uno variable. Un tipo fijo permite pagar siempre la misma cuota, pues se mantiene constante durante todo el plazo. En cambio, un tipo variable está ligado a un índice, el euríbor, que sube o baja periódicamente. Por lo tanto, las cuotas de una hipoteca variable pueden ser más caras o más baratas dependiendo de la evolución de ese índice. Como el euríbor cotiza por debajo del 0%, los intereses variables son más bajos que los fijos, pero eso puede cambiar si sube en el futuro.

En estos momentos, a los bancos les conviene conceder hipotecas variables, pues el euríbor cotiza al alza: subió del -0,477% de enero al -0,335% de febrero. Por este motivo, muchas entidades han reducido los intereses de estos productos y han aumentado los tipos de sus préstamos hipotecarios a interés fijo. Aun así, según HelpMyCash, las hipotecas fijas aún son más baratas que en 2019 o 2020.

Como es imposible saber qué modalidad será más conveniente a la larga, dado que la evolución del euríbor es impredecible, lo ideal es que el cliente decida en base a sus propias preferencias. Si se quiere pagar siempre lo mismo para tener una mayor tranquilidad, elegir un tipo fijo es la opción más adecuada. En cambio, si prefiere pagar poco a corto plazo, pero asumiendo el riesgo de que las cuotas puedan encarecerse si el euríbor sube, un tipo variable puede ser más adecuado.

Lo último que hay que preguntarse es cómo debe ser una hipoteca para pagar por ella lo mínimo posible posible. Según HelpMyCash, el préstamo hipotecario medio no tiene comisión de apertura y cuenta con un interés fijo del 1,50% o un tipo variable de euríbor más 0,90%, que puede conseguirse a cambio de domiciliar la nómina y de contratar los seguros de hogar y vida del banco. En consecuencia, si se quiere pagar poco, hay que contratar una hipoteca con unas condiciones parecidas o mejores que las mencionadas.

A tipo fijo, por ejemplo, la Hipoteca Open Fija de Openbank puede ser una buena opción: no incluye comisión de apertura y tiene un interés del 1,50% para un plazo de hasta 30 años, que puede conseguirse a cambio de domiciliar los ingresos y contratar el seguro de hogar del banco. A tipo variable, la Hipoteca Pibank de Pibank es una de las mejores del mercado. Esta tampoco tiene comisión de apertura y cuenta con un interés del 0% los primeros seis meses, del 1,95% para el siguiente año y de euríbor más 0,88% para el resto del plazo, que se obtiene si se domicilia la nómina y se contratan los seguros de hogar y vida de la entidad.

Para conseguir unas buenas condiciones, el solicitante debe acudir a varios bancos, comparar sus hipotecas y negociar para tratar de mejorar sus ofertas iniciales. En la página web de HelpMyCash se puede consultar qué entidades financieras conceden préstamos hipotecarios en España.