La OTAN pacta blindarse ante un ataque nuclear

La OTAN pacta blindarse ante un ataque nuclear

Guerra La OTAN desplegará cuatro batallones en Eslovaquia, Hungría, Rumanía y Bulgaria Alianza Qué es la OTAN, para qué sirve y qué países la conforman

La OTAN reforzará la ayuda a Ucrania, y aumenta considerablemente la presión sobre China, pero no hará nada que pueda provocar un choque abierto con Rusia. No habrá tropas, asistencia militar directa de la Alianza como tal (sólo por parte de algunos de sus socios) y desde luego no habrá una zona de exclusión área, por mucho que Kiev lo pida, lo suplique o lo exija. Ésas son las conclusiones de la Cumbre extraordinaria celebrada este jueves en Bruselas con la presencia de los jefes de Estado y de Gobierno de los 30.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que ha hablado durante el encuentro y volverá a intervenir esta tarde ante el Consejo Europeo, ha pedido «asistencia militar ilimitada. Ucrania os pide aviones para que no perdamos a tanta gente y todavía no hemos recibido un solo avión (…). Pedimos tanques para defender nuestras ciudades (…). Tenéis al menos 25.000 tanques. Ucrania está pidiendo sólo 500″, ha dicho durante la teleconferencia, en la que, con esa habilidad que ha perfeccionado estas semanas, ha incrementado la presión asegurando que el resultado real determinará «quién es un amigo, quién es un socio y quién nos traicionará por dinero».

Su petición ha sido escuchada, pero no en los términos deseados. Los países seguirán mandando armas y munición, misiles antitanque, antiaéreos y drones, pero no tanques o aviones. «Hoy hemos acordado hacer más, incluyendo asistencia en ciberseguridad y equipos para ayudar a Ucrania a protegerse contra amenazas biológicas, químicas, radiológicas y nucleares. Esto podría incluir detección, protección y suministros médicos, así como capacitación para descontaminación y gestión de crisis», ha rebajado el ex primer ministro noruego.

La jornada en Bruselas no tiene precedentes. Está la OTAN, hay un Consejo Europeo en que participará el presidente norteamericano, Joe Biden. Y se celebra también un encuentro presencial del G7, en el que las grandes potencias están discutiendo sobre más medidas y sanciones contra Moscú, incluyendo incluso la ‘expulsión’ de Rusia del G20, limitar su capacidad de vender oro o de reforzar el rublo exigiendo el pago en esa divisa en los contratos de petróleo o gas.

La primera cita era la ‘militar’ y si bien la retórica utilizada por los mandatarios, en sus intervenciones y en el comunicado consensuado al finalizar, es fuerte, no hay grandes sorpresas en el contenido. «Nuestras medidas siguen siendo preventivas, proporcionadas y evitan una escalada. Ahora aceleraremos la transformación de la OTAN hacia una realidad estratégica más peligrosa, incluyendo la adopción del próximo Concepto Estratégico en Madrid. A la luz de la amenaza más grave a la seguridad euroatlántica en décadas, también fortaleceremos significativamente nuestra postura de disuasión y defensa a largo plazo y desarrollaremos aún más la gama completa de fuerzas listas y capacidades necesarias para mantener una disuasión y una defensa creíbles. Estos pasos estarán respaldados por ejercicios mejorados con un mayor enfoque en la defensa colectiva y la interoperabilidad», han consensuado hoy los 30 en Bélgica.

El elemento más llamativo y novedoso, pero cauto por ahora, es la activación de los elementos de defensa ante la posibilidad de un ataque nuclear en Ucrania. Preocupa el uso de armas no convencionales y las posibles consecuencias sobre los países vecinos. Así que la Alianza quiere estar lista. «Estamos aumentando la resiliencia de nuestras sociedades y nuestra infraestructura para contrarrestar la influencia maligna de Rusia. Estamos mejorando nuestras capacidades y defensas cibernéticas, brindándonos apoyo mutuo en caso de ataques cibernéticos. Estamos listos para imponer costos a quienes nos hacen daño en el ciberespacio, y estamos aumentando el intercambio de información y la conciencia situacional, mejorando la preparación civil y fortaleciendo nuestra capacidad para responder a la desinformación. También mejoraremos nuestra preparación y preparación para las amenazas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares. Tomaremos más decisiones cuando nos reunamos en Madrid», ha anticipado la Alianza.

El secretario general, Jens Stoltenberg, ha confirmado igualmente lo anticipado el miércoles: el despliegue de cuatro batallones (Battlegroups) de a Alianza en el flanco Este, en los países vecinos de Ucrania que hasta ahora no tenían: Hungría, Rumanía, Bulgaria y Eslovaquia. Ha confirmado también que se proporcionará a Kiev material sanitario y trajes especiales ante la posibilidad de ataques químicos. Y ha apelado directamente a China. Pero para elementos más concretos habrá que esperar a abril o a la cumbre de junio en Madrid.

«La escalada retórica del presidente Putin es irresponsable y desestabilizadora. Estamos unidos en nuestra determinación de contrarrestar los intentos de Rusia de destruir los cimientos de la seguridad y la estabilidad internacionales. Continuaremos contrarrestando las mentiras de Rusia sobre su ataque a Ucrania y exponiendo las narrativas fabricadas u operaciones de «bandera falsa» para preparar el terreno para una mayor escalada, incluso contra la población civil de Ucrania. Cualquier uso por parte de Rusia de un arma química o biológica sería inaceptable y tendría graves consecuencias», se lee en el documento.

Stoltenberg fue muy agresivo con China el miércoles, pero la redacción del comunicado es algo más prudente. «Hacemos un llamamiento a todos los estados, incluida la República Popular China, para que defiendan el orden internacional, incluidos los principios de soberanía e integridad territorial consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, a abstenerse de apoyar el esfuerzo bélico de Rusia de cualquier manera, y a abstenerse de cualquier acción que ayude a Rusia a eludir las sanciones», exige la OTAN. «Estamos preocupados por los comentarios públicos recientes de los funcionarios de la República Popular China y pedimos a China que deje de amplificar las narrativas falsas del Kremlin, en particular sobre la guerra y la OTAN, y que promueva una resolución pacífica del conflicto», añaden reclamando una participación más directa de Pekín, pero no en la misma línea que hasta ahora.

«Los líderes aliados han pedido a China que se abstenga de apoyar el esfuerzo bélico de Rusia. China no debe brindar apoyo económico o militar a la invasión rusa. En cambio, Pekín debería usar su influencia significativa en Rusia y promover una resolución inmediata y pacífica», ha explicado el secretario al concluir el encuentro.

Otra de las consecuencias inesperadas de la invasión rusa ha sido la decisión tomada por los líderes este mediodía de prorrogar un año más el mandato del secretario general. Stoltenberg, que asumió el cargo en octubre de 2014, fue renovado en 2017 y de nuevo en 2019, pues era uno de los pocos responsables mundiales que había encontrado la forma de llevarse razonablemente bien con Donald Trump. Estaba decidido que el 30 de septiembre se hiciera definitivamente a un lado, y su sucesor, o más probablemente sucesora, iba a salir de la Cumbre de finales de junio que se celebrará en Madrid. Sin embargo, los 30 han coincidido en que era demasiado arriesgado poner a alguien sin la experiencia necesaria en estos momentos, así que el noruego seguirá hasta septiembre de 2023.

Stoltenberg, que fue primer ministro de su país, había sido ya designado como próximo gobernador del banco central de Noruega, pero todos los implicados han entendido que la seguridad colectiva tenía prioridad sobre todo lo demás. Tras ocho años, el secretario general no sólo tiene el conocimiento de cómo funciona la casa, sino que por sus características es capaz de controlar el tono en las intervenciones. De forma similar precisamente a un banquero central, es consciente de cada una de sus palabras pueden tener consecuencias inmediatas, que el riesgo de provocar incidentes es altísimo, así que apura siempre la cautela. En todos estos años no se le conocen traspiés o malentendidos.

No es un líder brillante, no tiene una retórica de nivel mundial y su gestión interna de la Alianza no destaca, pero los jefes de Estado y de Gobierno están satisfechos y sus contactos en Estados Unidos (Casa Blanca, Pentágono y Congreso) son muy buenos. Así que no ha habido reservas.