La banca eleva la denegación de crédito al consumo y a empresas por el freno de la actividad económica
Las entidades endurecerán las condiciones del crédito en el segundo trimestre a familias y empresas y prevén un freno en el mercado hipotecario. Leer

Las entidades endurecerán las condiciones del crédito en el segundo trimestre a familias y empresas y prevén un freno en el mercado hipotecario. Leer
Las entidades financieras han aumentado la denegación de créditos a hogares para consumo y a empresas ante el empeoramiento notable de la situación económica vinculado al conflicto de Ucrania y al encarecimiento de los productos energéticos. Y esto es solo el comienzo del endurecimiento del crédito que el sector financiero prevé que se produzca en los próximos meses por el actual contexto de incertidumbre y crisis, según confiesan los grupos consultados por el Banco de España para la realización de la Encuesta sobre Préstamos Bancarios correspondiente al primer trimestre del año.
Las perspectivas económicas han empeorado súbitamente tras casi dos meses de guerra en el corazón de Europa y los primeros efectos empiezan a notarse en la economía. El primero ha sido una fuerte subida de la inflación con incrementos de precios desconocidos desde hace varias décadas, a los que ha seguido una corrección de las estimaciones de crecimiento económico para el conjunto de este año. A nivel financiero, esto se traducirá en una menor demanda de crédito por parte de familias y empresas y, en segundo lugar, un endurecimiento generalizado de las condiciones para aquellos que soliciten financiación. Es decir, un encarecimiento de los préstamos.
«Para el segundo trimestre, tanto en España como en la eurozona se anticipa una contracción de la oferta, que sería de mayor intensidad en la financiación a las empresas, en un contexto de mayor incertidumbre asociada a los efectos de la guerra en Ucrania», señala el organismo presidido por Pablo Hernández de Cos en su último informe.
Las entidades confiesan que ya en los últimos meses han tenido que rechazar más peticiones de financiación de sus clientes en el actual contexto de incertidumbre. Esto puede tener consecuencias nefastas para la economía, ya que por un lado frena proyectos de inversión o crecimiento y, por otro, puede llevar a la asfixia a las empresas que soliciten liquidez ahogadas por la actual situación económica. En el caso de los hogares, la denegación del préstamo reduce el consumo y lastra uno de los principales soportes del crecimiento económico.
El endurecimiento afectará especialmente a las pequeñas y medianas empresas, que ya se han tenido que enfrentar a condiciones más estrictas entre los meses de enero y marzo. «En línea con este contexto algo más restrictivo de la oferta crediticia, el porcentaje de solicitudes de fondos denegadas aumentó ligeramente», señala el supervisor.
La encuesta publicada en enero, referida al último trimestre del año pasado, revelaba que las denegaciones se mantenían sin apenas variaciones en un contexto de crédito fluido impulsado todavía por los programas de avales públicos puestos en marcha para combatir la pandemia del coronavirus. Ahora, esos mecanismos van perdiendo peso y esto se suma al endurecimiento de la política monetaria iniciado por los bancos centrales para restar dinamismo a la economía y combatir el alza de precios.
También es llamativo que los rechazos de financiación se extiendan ya a los hogares, especialmente en los préstamos vinculados con el consumo bienes duraderos como un vehículo, un teléfono móvil o un electrodoméstico. Estos créditos son siempre los primeros que dan señales de morosidad, por lo que el Banco de España ha pedido en numerosas ocasiones al sector máxima cautela para evitar que el actual escenario de bajos tipos de interés acabe convirtiéndose en un problema futuro de solvencia. La encuesta destaca que las condiciones de financiación de estos créditos se mantuvieron sin cambios en los tres primeros meses del año, pero «a pesar de ello, el porcentaje de solicitudes de fondos denegadas habría crecido levemente durante el mismo período».
De cara a los próximos tres meses, la banca española es más pesimista sobre la coyuntura económica que las entidades europeas. Todas coinciden en que se producirá una contracción generalizada de la oferta de crédito, que será de mayor intensidad en el segmento de financiación a las empresas, y lo vinculan con la incertidumbre sobre el impacto de la guerra de Ucrania en el riesgo crediticio y la paulatina retirada de estímulos por parte del Banco Central Europeo (BCE). Sin embargo, mientras que los grupos financieros de la Eurozona creen que sus clientes seguirán aumentando la demanda de financiación, especialmente en el caso de las empresas, las españolas vaticinan una disminución generalizada de la demanda de crédito.
Este enfriamiento se trasladaría incluso a la solicitud de hipotecas, cuya demanda venía creciendo con fuerza alentada por los bajos tipos de interés y la mayor competencia entre empresas para engordar sus carteras de clientes. El temor a una nueva crisis económica y la consiguiente pérdida de confianza en el consumidor podrían traducirse, según los bancos, en un descenso de la demanda tras un año de recuperación. «Para el segundo trimestre del año las entidades financieras anticipan un cierto endurecimiento de los criterios de concesión de préstamos y un descenso de la demanda, lo que interrumpiría la tendencia ascendente que se venía registrando en este segmento en los cuatro últimos trimestres», concluye el regulador.