Estados Unidos, un país abonado a la violencia
La masacre en un supermercado de Buffalo, con un saldo de 10 muertos, es la enésima confirmación de la adicción de la sociedad estadounidense a las armas de fuego en todas sus formas. Pese a la envergadura de la tragedia, no fue, ni mucho menos, el único incidente violento de un fin de semana marcado por los tiroteos de costa a costa del país.
En Orange County, California, un hombre abrió fuego durante una recepción a mediodía en una iglesia presbiteriana frecuentada por la comunidad taiwanesa. Mató a una persona e hirió a otras cinco, todos ellas de la tercera edad, antes de que un pastor le golpeara en la cabeza con una silla y un grupo de feligreses lograra reducirle y atarle con unos cables. Cuatro de los cinco heridos se encuentran en estado grave.
En Houston, un tiroteo en un mercadillo al aire libre se saldó con dos muertos y tres heridos, todos ellos hospitalizados, tras un altercado con al menos dos armas. El intercambio de disparos se produjo a la 1 de la tarde, entre jóvenes de unos 20 años, con la feria repleta de gente. También en Chicago perdió la vida un chico de 16 años de un disparo, lo que llevó a las autoridades de la principal ciudad de Illinois a decretar un toque de queda para menores no acompañados. De acuerdo a la policía, la víctima recibió un disparo en el pecho alrededor de las 7:30 de la tarde del sábado.
Milwaukee también optó por imponer un toque de queda después de registrar 21 heridos en tres tiroteos el viernes por la noche, lo que desembocó en la cancelación de la fiesta alrededor del séptimo partido de la serie entre Boston Celtics y Milwaukee Bucks de la NBA.
La cadena de incidentes eleva a 202 el número de «tiroteos de masas» en lo que va de 2022, con una media semanal de 10. De acuerdo a la organización independiente que lleva la cuenta desde hace años, Gun Violence Archive, al menos cuatro o más personas deben estar involucradas en esa clase de actos violentos para que se consideren como tal.
El de Buffalo del sábado, de momento, es el más grave registrado en 2022. Un hombre de 18 años, identificado como Payton Gendron, entró en un supermercado en un barrio de alta concentración de afroamericanos y acabó con la vida de una decena de personas, además de herir a otras tres. Mientras la policía continúa la investigación sobre las motivaciones del agresor, las plataformas digitales están teniendo serios problemas para controlar la propagación del vídeo que grabó el tirador durante la matanza.
Gendron llevaba una cámara fijada en el casco militar que lucía para retransmitir en vivo la ejecución de su macabro plan. Recurrió a Twitch, un servicio de streaming propiedad de Amazon que es muy popular entre los aficionados a los videojuegos. Desde entonces, el vídeo ha circulado sin cesar por Facebook, Twitter y Reddit, y aunque los responsables de esas redes sociales han prohibido la grabación, no han podido evitar que sigan circulando multitud de copias.
Parte de la intención de Gendron era difundir su mensaje de odio hacia otras razas, vinculado a la ideología de la supremacía blanca y la teoría de «la Gran Sustitución» sobre un presunto genocidio blanco ejecutado por inmigrantes residentes en Estados Unidos. Se sabe también que el detenido, que viajó más de 300 kilómetros para cometer los asesinatos, tenía planeado seguir matando tras abandonar el supermercado Tops de Buffalo, quizá entrando en otro local cercano de un barrio con un 78% de población negra.
