El populista Rodolfo Hernández da la sorpresa en las elecciones en Colombia e irá a la segunda vuelta con el izquierdista Petro

El populista Rodolfo Hernández da la sorpresa en las elecciones en Colombia e irá a la segunda vuelta con el izquierdista Petro

Elecciones en Colombia «Gane quien gane, seguirá la polarización» Gran Angular Desconfianza y riesgo de vuelco a la izquierda en las elecciones de Colombia

Se dio la sorpresa que aventuraron algunos analistas en los últimos días y, por primera vez en las elecciones en Colombia, no habrá un candidato de los partidos tradicionales. Rodolfo Hernández, el representante del voto antisistema, le ganó el pulso a Fico Gutiérrez, que representaba al centroderecha y la derecha y contaba con el respaldo de los partidos conservador y liberal, entre otros.

El empresario millonario, de 77 años, que solo había sido alcalde de Bucaramanga y que pagó la campaña de su propio bolsillo con un discurso muy fuerte contra la clase política y la corrupción, obtuvo el 28% en las elecciones frente al 24% de Gutiérrez, una diferencia suficiente para disputar con Gustavo Petro la segunda vuelta del 19 de junio. Hernández, además, no asistió a debates y se convirtió en una estrella de TikTok.

Por su parte, el líder del Pacto Histórico, un movimiento de extrema izquierda, no logró superar la mitad más uno de los votos, como esperaba. Con el 98% de los votos escrutados al cierre de esta edición, el parlamentario de la izquierda, de 62 años, se quedó en el 40,3%, que ha sido siempre su techo electoral. El mismo que sacó en el 2018 cuando Iván Duque le ganó por dos millones de votos.

Aunque en las encuestas de mediados de mayo sobre las elecciones en Colombia aparecía Gutiérrez como el favorito para quedar en segundo lugar, desde hace unas tres semanas Hernández le fue arrebatando adeptos a su rival porque el electorado que teme a Petro empezó a verle como el único que podía derrotarle en junio.

Un aspecto positivo de los comicios de este domingo en Colombia, además de haberse celebrado sin ningún incidente de relevancia, es que la Registraduría, que había generado desconfianza por diferentes motivos entre todos los candidatos, cumplió con la entrega rápida de los resultados.

Una de las conclusiones inmediatas es que Petro, que confiaba en vencer en esta primera etapa, no pasó del porcentaje que siempre le dieron los sondeos de opinión e, incluso, bajó algunos puntos respecto a algunas. Y para su propio entorno, venció el que no querían ver enfrente. Aunque ya no habrá una polarización tan grande al no estar Gutiérrez en el ticket electoral, puesto que el entorno de Gustavo Petro había llegado a insinuar que tramaba con el gobierno golpes de Estado e incluso acabar con su vida, el miedo a que llegue un presidente similar al régimen de Venezuela seguirá latente.

De ahí que muchos consideran que los que apoyaron a Fico se irán con Rodolfo Hernández para cerrarle el paso a Petro. «Las presidenciales de mi país son el capítulo final de una batalla por el imaginario colectivo en América Latina que, por desgracia para todos nosotros, ha logrado ganar la izquierda radical», le dice a este diario Francisco Santos, quien fuera vicepresidente de Álvaro Uribe, embajador en Washington con el actual Gobierno de Iván Duque y analista político en la actualidad. «El que en Perú se impusiera Pedro Castillo y, en Chile, Gabriel Boric, por citar sólo dos, obedece a una estrategia de muchos años, con las redes sociales de amplificadoras. Han conseguido imponer una narrativa destructiva para la democracia y la autoridad, así como para la libertad de empresa y de prensa. Dicen que todos los funcionarios son corruptos menos ellos; que los medios de comunicación solo obedecen a intereses comerciales y fascistas, y que la salud y la educación sólo son para los ricos, pese a los enormes avances de los últimos decenios».

A fin de cuentas, Fico Gutiérrez estaba ligado a los partidos que están desprestigiados y al Gobierno de Duque, que tienen unas cifras de popularidad muy bajas. En el último debate presidencial, celebrado el viernes, Sergio Fajardo demostró, con cifras elaboradas por su prestigioso equipo económico, que si Petro cumpliera lo que dice, necesitaría doblar la reforma fiscal que planea y ni siquiera con ella podría financiar sus promesas.

Aparte de Gutiérrez, el gran derrotado ha sido Sergio Fajardo y el centrismo que algunos creían que se impondría en Colombia por el hastío de la polarización que ha dominado la política colombiana en los últimos lustros.

Fajardo, cabeza de la lllamada Coalición de la Esperenza, no llegó ni siquiera al 5%, un resultado muy inferior al que alcanzó en 2018. Doctor en Matemáticas, partía como uno de los que tenía más posibilidades a principios de año, pero fue perdiendo fuelle y terminó con el peor resultado de su dilatada vida política.

A partir de este lunes, arranca la recta final en una carrera entre el candidato de la izquierda radical y un llanero solitario que apenas tiene equipo y que sólo cuenta con Ingrid Betancurt, que se sumó a su campaña hace 15 días y podría ocupar una cartera en su gobierno en caso de que venciera el 19 de junio.

El desenlace de esta primera vuelta es, pues, el resultado de una confrontación que ha vuelto irrespirable el ambiente y ha sembrado un clima de desconfianza hacia las autoridades electorales como nunca antes había sucedido. «La polarización que vivimos en Colombia seguirá con independencia de quien gane las elecciones. El que pierda va a gritar fraude porque lo que está pasando es una crisis, no sólo en términos de democracia, sino de institucionalidad, y eso me preocupa mucho», analiza para este periódico Katherine Miranda, diputada del Partido Verde.