El GP de Arabia Saudí sigue adelante tras el atentado con misiles cerca del circuito pese al intento de boicot de los pilotos

El GP de Arabia Saudí sigue adelante tras el atentado con misiles cerca del circuito pese al intento de boicot de los pilotos

El GP de Arabia Saudí, segunda cita del campeonato del mundo de Fórmula 1, se ha visto asaltado por el terrorismo. Los rebeldes hutíes de Yemen han reivindicado un ataque con misiles sobre una refinería de Aramco, la petrolera nacional saudí y uno de los principales patrocinadores del certamen, que ha provocado una explosión y y una gran humareda durante los primeros entrenamientos libres.

La televisión estatal afirmó inicialmente de una «operación hostil» contra un depósito de petróleo en Jeddah, a unos 10 kilómetros de donde transcurre el circuito, y posteriormente los rebeldes hutíes de Yemen reivindicaron el ataque.

El portavoz militar hutí, Yahya Sarea, ha asumido en nombre del movimiento el «ataque hostil» y ha advertido de que habrá más contra «instalaciones vitales en la capital del enemigo saudí, Riad, con un lote de misiles», según una comparecencia recogida por la agencia de noticias Saba.

La operación, ha añadido, también ha apuntado a dos refinerías en Ras Tanura y Rabigh, así como contra instalaciones de Aramco en Jizan y Najran. También han lanzado ataques contra las regiones de Dhahran al Janub, Abha y Jamis Musait.

Miedo en el paddock

El incidente hizo que la Fórmula 1 se pusiera en alerta inmediatamente. Los pilotos, responsables de equipo y la propia organización del campeonato mantuvieron una reunión instantes antes de que comenzara la segunda sesión de entrenamientos libres, que se celebró pero con 15 minutos de retraso.

Las autoridades locales han llamado a la calma, si bien varios pilotos se han visto preocupados por la seguridad. Algunos, incluso, amenazaron con abandonar inmediatamente el circuito. Los responsables de la organización del Gran Premio enviaron un comunicado llamando a la calma y garantizando la seguridad de todos los participantes en la cita.

Aunque la segunda sesión de libres transcurrió con relativa normalidad una vez confirmado el origen terrorista del incidente, se celebró una reunión a última hora del díapara determinar si se debía mantener la celebración del Gran Premio el resto del fin de semana o no.

Entre medias, se sucedieron más explosiones en la misma zona y se canceló la rueda de prensa y comparecencias de los pilotos ante los medios.

Una vez reunidos todos los pilotos presentes, la organización, la FIA y los promotores, se confirmó que el GP de Arabia Saudí seguía adelante. Todas las partes lo acordaron por unanimidad, después de que se garantizase la seguridad.

Los pilotos se plantan

Esa era la teoría, porque ese presunto acuerdo no fue tan unánime. Después de que las autoridades hablasen de que todos estaban de acuerdo, los pilotos se reunieron aparte: no estaban convencidos. 

Con Lewis Hamilton llevando la voz cantante, las dudas sobre seguir o no (y las consecuencias de no hacerlo) hicieron que Stefano Domenicali, primero, y Ross Brawn, después (CEO y director deportivo respectivamente de la Fórmula 1) intercedieran. Cuando esto no dio resultado, lo hicieron los propios directores de equipo.

No es la primera vez que un evento deportivo en Arabia Saudí se ve asaltado por el terrorismo. En la pasada edición del rally Dakar, que transcurre por todo el país, hubo un presunto atentado (sólo Francia lo reconoce como tal ante un abrumador silencio de otras autoridades) contra los miembros de un equipo en competición, que dejó varios heridos de gravedad.