Daniel Giménez, entrenador del Al Ahed de Beirut, sobre la explosión: «Ha sido terrorífico»

La explosión ocurrida en Beirut dejó unas imágenes espectaculares para quienes vivieron el incidente a distancia, pero fue una experiencia aún más impactante para quienes lo vivieron de cerca, como ocuriró al entrenador español Daniel Giménez, técnico del Al Ahed de la capital libanesa.

El preparador del segundo equipo más laureado del país se encontraba dirigiendo un entrenamiento cuando se desató la explosión que ha dado la vuelta al mundo. De hecho, era su primera sesión como técnico principal, cargo por el que firmó hace apenas una semana, tras haber pasado un año como analista del club y parte del cuerpo técnico.

Giménez relató que lo ocurrido «ha sido terrorífico» y eso que el centro de entrenamientos de su equipo se encuentra a seis kilómetros de donde se produjo la explosión.

«Estábamos acabando el entrenamiento cuando, de repente, hemos escuchado una explosión que nos ha hecho tambalearnos, mi cuerpo se ha puesto a temblar, tenía un pitido en los oídos… y enseguida una nube tremenda nos ha cubierto por completo«, afirma en declaraciones que recoge Marca.

Tras la explosión se fue directo a su casa con la incertidumbre propia de la situación y con el temor de que podía tratarse de una bomba:  «Iba conduciendo con las botas de tacos y con una mano en el volante y otra en los ojos, porque en esos momentos pensaba que podía ser una bomba y, en caso de que cayeran más, quería protegerme de una posible rotura de cristal del vehículo».

El trayecto le produjo escalofríos porque «he visto Beirut destrozado, con muchos cuerpos cubiertos con cristales, gente mutilada… ha sido terrorífico. La peor parte de todo, sin duda, ha sido el camino de vuelta a casa por todo lo que he tenido que ver».

Giménez tiene una academia en Beirut y es consciente de que «probablemente también esté afectada» y confesó que «algunas casas de mis futbolistas están destrozadas… aunque afortunadamente todos ellos y sus familiares están bien, así como los míos, pues mi mujer tampoco ha sufrido daño alguno y eso que, pese a estar a unos 20km del puerto, ha notado el impacto tanto que se ha bajado al trastero pensando que eran bombas».