Aviso de riesgo o publicidad: cuando cumplir las normas se convierte en una campaña de márketing ‘cripto’

El tamaño de las letras sobre el fondo negro podría hacer pensar que la advertencia es lo que se pretende publicitar y la duda es si se trata de un criptoanuncio o un criptoaviso Leer

Aviso de riesgo o publicidad: cuando cumplir las normas se convierte en una campaña de márketing ‘cripto’

El tamaño de las letras sobre el fondo negro podría hacer pensar que la advertencia es lo que se pretende publicitar y la duda es si se trata de un criptoanuncio o un criptoaviso Leer

Desde hace días que los paseantes por la Gran Vía de Madrid se detienen frente a una de sus numerosas lonas publicitarias para leer el mensaje de advertencia que ocupa la mitad de la superficie. El tamaño de las letras sobre el fondo negro podría hacer pensar que el aviso es lo que se pretende publicitar, pero detrás de semejante acción está Bitpanda, una de las principales plataformas de criptoactivos y criptomonedas que operan en nuestro país. Así que la duda que surge es si se trata de un criptoanuncio o un criptoaviso.

El revuelo se ha extendido entre los inversores y profesionales de la publicidad, que no acaban de ponerse de acuerdo sobre si todo es una genialidad de márketing o si el tamaño del aviso es proporcional a los riesgos de invertir en este tipo de activos. «Cuando tienes que dedicar la mitad del espacio a contar lo peligroso que es ese futuro que traes al presente», rezaba un mensaje de Twitter.

La bola ha ido creciendo en las últimas sesiones y la compañía ha optado este viernes por remitir un comunicado para dejar clara su posición. «En Bitpanda estamos comprometidos con hacer las cosas siempre de la forma correcta, sea o no la más sencilla. Siempre cumplimos con las exigencias regulatorias y trabajamos cerca de los reguladores en todos y cada uno de los mercados en los que operamos», explica la nota.

Las exigencias regulatorias en España vienen marcadas por la Circular sobre publicidad de criptoactivos presentados como objeto de inversión elaborada por la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) que entró en vigor a finales de enero para vigilar los mensajes de promoción de la inversión en monedas digitales y otros activos virtuales en auge. Entre otras cosas, la normativa habilita al supervisor a controlar las campañas publicitarias masivasde criptoactivos -considerando como tal aquellasque se dirijan a 100.000 personas o más– y establece que dichas campañas deberán ser comunicadas con diez días de antelación a su lanzamiento para recibir la aprobación del supervisor. El resto de acciones publicitarias, aunque no sean consideradas masivas, también quedarán sujetas a sui actuación supervisora, pero no requieren comunicación previa.

En cuanto a la dimensión de las advertencias, la Circular establece que todas las comunicaciones comerciales incluirán información sobre los riesgos del producto que publicitan, con un formato y una posición que garantice su relevancia dentro de la pieza publicitaria, y con un mensaje que avise de los riesgos de perder la totalidad del dinero invertido. En concreto, el mensaje rezará así: «La inversión en criptoactivos no está regulada, puede no ser adecuada para inversores minoristas y perderse la totalidad del importe invertido».

La extensión debe ocupar, como mínimo, el 20% de la superficie del anuncio, algo que desde Bitpanda se han propuesto cumplir al milímetro. «El mensaje ocupa exactamente el 20% medido por un técnico de la CNMV regla en mano. El móvil en el lateral hace que el disclaimer suba» y eso facilita la impresión de que ocupa más de lo que realmente es. No obstante, la compañía asegura estar «comprometida con continuar trabajando de forma cercana a la CNMV para encontrar el marco regulatorio que proteja a la comunidad de inversores, tanto activos como potenciales, mientras nos aseguramos que la creatividad no sea vea obstaculizada».

Desde la entrada en vigor de la circular, la CNMV ha revisado un total de 118 piezas publicitarias en un conjunto de 20 expedientes. De ellos, dos terceras partes son comunicaciones directas de las propias entidades, mientras que el resto corresponden a la iniciativa propia de la supervisión del organismo, según ha comunicado esta semana su presidente, Rodrigo Buenaventura.