Ana Peleteiro estalla contra las condiciones de unas conferencias que acabó abandonando: «No se me respetó»

Ana Peleteiro estalla contra las condiciones de unas conferencias que acabó abandonando: «No se me respetó»

Ser una de las deportistas de referencia en la actualidad tiene consecuencias positivas y negativas. Entre las primeras se encuentra que sirve de ejemplo para muchos, lo que implica las segundas: se le requiere en conferencias y eventos que, a veces, chocan con las necesidades de preparación y entrenamientos.

Es lo que le ha pasado a Ana Peleteiro. La medallista de bronce en triple salto en Tokio 2020 fue contratada por el Foro Internacional del Deporte celebrado en León para que participara en las conferencias junto a otros deportistas, como Lydia Valentín. Lo que iba a ser una charla amena e inspiradora se ha convertido en una de sus peores experiencias en los últimos tiempos.

Peleteiro lo contó en un vídeo en su cuenta de instagram en el que se mostraba visiblemente emocionada.

«Quiero explicarlo públicamente antes de que haya personas que saquen su propia conclusión, me juzguen o me critiquen. Estoy súper nerviosa. Acabo de llegar de conducir durante cuatro horas. Quiero explicarme por las personas que estaban esperando para verme en el FID de León. Pagasteis para verme y escucharme hablar sobre valores y sueños olímpicos y no lo pudisteis disfrutar porque ciertas personas lo impidieron», relató, antes de contar en extensión lo ocurrido.

«Llevo unas semanas muy duras, de cansancio y de problemas personales que no tengo por qué contar. Hoy tenía un compromiso profesional, para dar una conferencia de una hora. Iba contratada al congreso. Yo no suelo parar mis entrenamientos, pero como creía que podía estar bien hablar de valores olímpicos, junto a otros compañeros, acepté», cuenta. Hasta aquí, todo aparentemente normal y dentro de lo previsible en un evento así.

Los problemas no tardaron en aparecer. «Igual porque soy buena de más», ironizaba la de Ribeira. «Lo primero es que se nos pide si podemos hacerles el favor de acudir a la rueda de prensa. A mí me implicaba levantarme a las 06.30 de la mañana para llegar a León», cuenta. 

«Me pidieron una serie de cosas que no estaban acordadas en el contrato. Habíamos quedado para las 5 de la tarde, otros llegaron a esa hora, yo en todo el día no paré. Hasta estaba comiendo y me pusieron en la oreja un teléfono para atender a una radio, obligada. Me dicen que hay una hora de firma de autógrafos, de la que no tenía noticia, y también voy sin rechistar», admite.

En ese momento, asegura que empezó a ver «un trato diferente en función de las personas» y que al llegar al auditorio la conferencia se retrasa a las 20:00 y que en lugar de una hora, será una hora y cuarenta y cinco minutos. «No estaba allí de vacaciones», se lamenta Peleteiro. «Tenía que volver a Guadalajara de nuevo, llegar a las dos y media de la madrugada. Al día siguiente no podía rendir en mi entrenamiento. Mi representante se queja a la organización y lo que le transmiten es que ellos no saben nada. Que lo sentían, pero que no había solución», relata Peleteiro.

La situación se calentó y la siempre risueña atleta admite que «la mala leche que tenía» le impidió ser ella misma. «Me amargaron el día. Hay una serie de discusiones y faltas de respeto impresionantes. Le transmití que me quería ir a mi casa, que me quedaría por las personas que habían venido, pero necesitaba acortar los tiempos. Hablar media hora e irme. Me responden que para media hora no les interesaba y me podía ir. Por eso me marché. No se me respetó», zanja al respecto.

Aunque la organización excusó que la atleta estaba «indispuesta», ella recuerda en el mismo vídeo que nunca se ha borrado de un evento por cosas así. 

«He hecho actos con diarrea, con dolor de ovarios, con dolor de cabeza, con faringitis… y siempre he dado el pego. Es la primera vez que me pasa algo así en mi vida. Ahora, llego a casa, y veo mensajes de personas que me dicen que les decepcioné porque pagaron para verme y soy una mierda de persona. Piensan eso porque no saben la verdad. Lo quería aclarar públicamente. Compañeros que estaban allí me dieron la razón. Solo tengo ganas de llorar», finaliza, notablemente emocionada.